miércoles, 9 de enero de 2008

ARTÍCULO 1: RADIOGRAFÍA DE UNA HUELGA José Cerna Montoya

Radiografía de una huelga
José Cerna Montoya*
Algunos amigos (tengo muy pocos) como también compañeros de trabajo en las últimas semanas, talvez con sarcasmo, me han hecho algunas preguntas referentes a la huelga de los docentes universitarios, por ser participe de este justo reclamo, (mi activismo es consecuencia de tener emoción social y conciencia de la realidad y no admitir al monstruo del neoliberalismo y estar cansado de la injustita y las mentiras de los gobernantes de turno). Por ello, vamos al punto o meollo del asunto, en las próximas líneas expreso mi concepción referente a las huelgas.
Huelga.
La definición hecha por el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice: huelga es la "Interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta”.
Para la mayoría de gente, aparte de dejar de trabajar tiene un significado de convulsión social, ello implica una serie de actos que deben estar relacionados con la interrupción del orden social, es decir, debe iniciarse con movilizaciones por las principales calles de la ciudad, pasar por las dependencias públicas gritarles insultos y en fin añadir acciones como bloquear carreteras, quemar llantas, enfrentamiento con la policía, derramar sangre empleando hipodérmicas o por agresiones, se suma a ello la opción de apedrear carros, romper lunas o destruir inmuebles calcinar muñecos de las autoridades y hasta efectuar saqueos, es decir, desarrollar acciones al margen de la ley; Si ello sucede ¡que buena está la huelga!. Estas acciones son reclamadas inclusive por algunos medios de comunicación y en más de una oportunidad, opinan deben encadenase, quitarse la ropa y si es posible rociarse con combustible y luego incendiarse.
Otros preguntan ¿cuantos muertos hay?. Lo antes mencionado es una interpretación inadecuada, pues las huelgas son reclamos que consisten fundamentalmente en dejar de producir bienes o prestar servicios, se suman desplazamientos de los huelguistas por los principales lugares de la ciudad con la finalidad de hacer conocer su acción de protesta.

Tipos de huelga.
La sociología ha descifrado formas de huelga siguientes, una responde a la paralización completa de las labores seguidas de acciones de protesta, se denomina huelga general indefinida; otra, consistente en la paralización parcial y en cualquier momento de las labores; se denomina huelga de brazos caídos, esta última forma de reclamo, es usada cuando los reclamos reivindicativos son de manera singular en una sola unidad productiva o de trabajo situación que generalmente es reemplazada por una paralización de 24, 48 ó 72 horas. Existe una tercera forma vinculada generalmente a la huelga general indefinida, esta indudablemente, es una medida extrema y va en contra de los derechos humanos, por la privacidad de alimentos: la huelga de hambre. Las personas participantes generalmente sufren secuelas en lo biológico como en lo psicológico.
Huelguista.
Es toda persona que pertenece a un centro de labores y participa de una huelga siempre y cuando acate los acuerdos y disposiciones de los que lideran el movimiento.

Viva empezó la huelga.
La realidad social ofrece una serie de situaciones, algunas de ellas llaman la atención y causan preocupación en los entendidos en las ciencias sociales, por ejemplo, existen individuos, con características propias de haraganería y desenfreno a la ociosidad, a los que lícitamente se les puede llamar insectos sociales, pues tan sólo con el rumor de que puede iniciarse un reclamo, exclaman con mucha alegría, “!...al fin voy hacer mis cosas, es un alivio después de tanto trabajo, esperemos que la huelga dure un buen tiempo…” son los primeros en cobrar sus emolumentos mensuales. Claro, nunca asisten a una reunión, “siempre están ocupados, tienen responsabilidades…” firman y se alejan, no son capaces de escuchar a un dirigente pues tienen el temor natural de ser "tocados" en alguna alocución. Por lo general estos seres son adictos al consumo de bebidas alcohólicas si se nutren del chisme y son especialistas lanzando “bolas informativas”, cuando alguien los aborda refiriéndose al tema afirman “yo no me reúno con haraganes…” o “cuando cambien de directiva podría participar…”.

Participantes de las acciones de lucha
La solución a los reclamos gremiales, en muchas de las veces se prolonga, no por carecer de sustento o razón, la causa secundaria y condicionante está en el nivel de presión que efectúen los integrantes de los gremios.
Es verdaderamente cierto, para el inicio de una huelga, se acuerda por mayoría y generalmente por unanimidad, pero también es innegable, a esas reuniones tan sólo asisten en un promedio de 30 a 35%, los demás, “están de acuerdo con todo, con cuotas, acciones de lucha y claro la paralización de las actividades…”.
La realidad social demuestra una cierta indiferencia por los trabajadores, esta situación, en la actualidad se ha generalizado en la mayoría de gremios, pero ello no significa la renuncia a sus derechos o estén en contra de las huelgas.
Este comportamiento está sujeto a una serie de condicionantes, desde familiares, socioemocionales, éticos y políticos. Como es de conocimiento genérico, en el seno familiar se configura el comportamiento, allí se ha aprendido a respetar y hacerse respetarse, a ser justos o injustos, han sido los familiares los guías y ejemplos para aceptar la libertad o la opresión, allí, nos enseñaron a ser colaboradores o egoístas, a ser solidarios o no, a sentir emoción social o indiferencia, hacer pasivos o a reclamar cuando es necesario, escuchar a los demás, a ser democráticos o a encerrarnos en nuestro mundo o ser autoritarios, en fin, allí se aprende lo bueno y lo malo; estas condiciones, son elementales y preponderantes a las situaciones genéticas, objetivizadas en el carácter, temperamento y personalidad. Las situaciones socio emocionales de los hombres y mujeres están supeditadas a la calidad de educación recibida, también se inicia ello en el seno familiar, se complementa en el proceso de desarrollo instructivo
(para muchos educativo), tanto de inicial, primaria, secundaria y educación superior, todo está circunscrito a las condiciones socioeconómicas de desarrollo indio-político, a la militancia o no en ideas democráticas, conservadoras y/o revolucionarias; existen muchos profesionales o trabajadores, que en algún momento militaron y fueron activistas de posiciones radicales, en ese momento doblegaron su existencia a las posiciones democráticas y de lucha por el bienestar general y por el cambio de este sistema injusto con las grandes mayorías; en la actualidad sorprende, aparentemente se han olvidado de estas posiciones, ello significa que sólo estaban buscando un bienestar individual, la emoción social no les había cambiado, el momento los absorbió y por no estar convencidos de lo que buscaban, han podido encontrar un trabajo que les
permite sobrevivir y con ello se han contentado, es decir, su práctica y actividades de lucha por la injusticia y la democracia tan sólo fue momentánea y la emoción social los ha asimilado en una indiferencia, alimentada por el temor de una represión y de un señalamiento familiar institucional o de la sociedad misma; fueron soldados de papel, convertidos hoy en vendepatria más aún, si tienen el privilegio de ser autoridades, ponen contra la pared a los subordinados y se comportan como fieles serviles del sistema. Los valores éticos en estas personas han desaparecido, sólo existe la posibilidad de buscar un bienestar económico, un puesto, ser jefes les fascina, tener subordinados los hace grandes, mandar es sentirse en las nubes, en consecuencia, se han convertido en seres despreciables, en mal ejemplo de las futuras generaciones, ellos, cuando eran estudiantes, reclamaban y calificaban (a los que se tenían este comportamiento), como parásitos, pues, esta calificación ahora, les viene como anillo al dedo. Estos excombatientes de papel, han vendido sus posiciones políticas, se han olvidado de las enseñanzas ideológicas que los movía en las calles, en las aulas, se avergüenzan de haber hecho lo que hicieron, se aíslan de los demás y tratan en lo posible, de que no se los vea en grupo, se sienten perseguidos, en esencia, se sienten avergonzados de ser lo que son, de llevar su nombre, su apellido, si por ellos fuera, quisieran cambiar su aspecto físico; el saco y la corbata, no los cambia, sus actitudes tampoco, siempre han sido los mismos, los que buscaban acomodarse para vivir bien, una oportunidad para satisfacer sus necesidades individuales, nunca tuvieron valentía, siempre retrocedieron, sus mentes y sus acciones se orientan al olvido, se parecen a las tortugas.. Pero aún, tienen la capacidad de reclamar por un mejor puesto o por derechos que en sueños les corresponde. Se han acomplejado de eruditos Creo que han perdido dignidad.
Estos procesos de huelga también se convierten en tribuna para algunos interesados en un postular a cargos directivos en la institución, y cuando fueron autoridades o cuando lo sean, actuarán como viles representantes de un sistema opresores e injusto. Pero la naturaleza social
es cambiante esperamos simplemente una conducta horizontal y en beneficio de las grandes mayorías.
Desarrollo de una huelga.
Las huelgas por lo general tienen carácter reivindicativo o de protesta en contra de los que dirigen la empresa o la institución en donde se manifiesta el malestar de los trabajadores, en consecuencia, para el inicio de esta medida, los dirigentes llaman a una asamblea general, allí se deben acordar las diferentes acciones realizadas y si se toma como acuerdos desarrollar una huelga general, esta debe ajustarse a decisión mayoritaria. Habitualmente, una huelga es dirigida por un comité denominado comité de lucha, por tanto, se constituye en un ente representativo de los trabajadores, sean afiliados o no a la organización sindical existente en la institución.
El desarrollo de esta forma de reclamo está supeditado al plan efectuado por la organización matriz, ello implica mantener un orden y evitar acciones improvisadas y que respondan a intereses personales o de grupo.
Las acciones realizadas por los huelguistas, están circunscritas al marco de su labor y de la actividad que realicen en la empresa o institución, es por ello la presencia de matices y formas de expresión distintas.
Los motivos de revueltas.
Una de las primeras acciones efectuada por los huelguistas es tomar el control de las instalaciones de la institución donde laboran, con ello impiden el paso de algunos funcionarios y trabajadores que intenten trabajar, se suma a esta acción las movilizaciones, consistentes en el desplazamiento de los huelguistas portando banderolas y carteles alusivos a sus reclamos, actividad, efectuada por las principales “arterias” de la ciudad. Para realizar estas acciones, se debe contar con el permiso de la autoridad correspondiente en donde se indica la hora de inicio, la hora de termino y los lugares por donde debe realizarse el desplazamiento. De no cumplirse con lo estipulado, la policía efectúe acciones de represión, así, hace uso de bombas lacrimógenas, bombas de gas de pimienta y en muchas oportunidades balas de goma, sumando sello los carros rompe manifestaciones cuya actividad es dispersar a los manifestantes empleando agua a presión., se añade la utilización de perros y la policía montada o caballería policial; es en esas circunstancias que las personas corren de un lugar a otro, o responden también agresivamente, es decir, es allí donde se puede desencadenar acciones como las descritas en el segundo párrafo de este articuló. En varias oportunidades se ha descubierto la existencia de personas infiltradas en las movilizaciones orientando a actividades no planificadas, y cómo se ha podido experimentar, la represión policial se desencadena y cada día es más enfatizada, causa “justificatoria” para qué muchos no asistan a este tipo de diligencias.
No se enterarón de la huelga.
Es natural la no congruencia o heterogeneidad de pensamiento entre los seres humanos, y esto es positivo, pero la injusticia y las agresiones o acciones en contra de la clase trabajadora, nadie los tolera, ni el que tenga una enfermedad congénita y probablemente, existe la posibilidad de no ser participe de las acciones de huelga, ello, no significa estar al margen de los reclamos, pero esta situación, a algunas personas aparentemente no les interesa pues se autoexcluyen de las reuniones, de la formas de reclamo y tratan de mantenerse al margen de todo, sólo están preocupados por la remuneración económica y preguntan de manera sutil ¿cuándo se acabará la huelga?, Toman conocimiento y siguen con “su vida normal”. Es decir se comportan como parásitos sociales. Aprovechan en consumar sus ocupaciones personales, es decir, sacar provecho de todo, buscan cualquier excusa para no comprometerse con nada; se autocalifican de ser intelectuales hasta tener responsabilidad institucional. Para estos seres si la huelga durará una eternidad ellos serían los más felices.
Los asistentes a las reuniones.
Como es natural en todo proceso de huelga, se efectúan asambleas y reuniones informativas con la finalidad de hacer balances y conocer el desarrollo de las gestiones encaminadas a la solución, a éstas, asisten los que están activamente en las acciones de lucha como también “los ocupados en otras actividades” y son los primeros en opinar, lo hacen con discursos floridos, y se excusa por no participar y manifiestan su apoyo y su solidaridad con los dirigentes, aprovechan para hacer reclamos personales y en encarar lo que no se hizo, es decir, se convierten en jueces de las acciones, son ellos los que proponen tomar carreteras, quemar llantas, hacer reclamos fuertes, emitir pronunciamientos dando ultimátum a las autoridades etcétera; claro brillan por su ausencia en estas acciones si la hubiera.
En las asambleas de los trabajadores en conflicto, también asisten personas que apoyan de manera decidida y disciplinadamente a los dirigentes y el movimiento conjunto, son estos los que aclaran las informaciones distorsionadas y los ataques que puedan difundirse dentro o fuera de la reunión o en contra del movimiento sindical; a estas reuniones no faltan los opositores a la organización sindical, ellos efectúan reclamos provocando ataques a los dirigentes, autoridades o asambleístas, pretendiendo llevar la discusión por horizontes ajenos a la huelga; como es obvio, la respuesta a estas insinuaciones no se hace esperar y la actitud de esas personas, generalmente es de mayor conflicto, abandonar la asamblea y en extremo de resentimiento jamás regresa a una reunión, teniendo como actitud suprema desconocer a los dirigentes, se han estereotipado y tienen complejo de intelectuales, repinten entre dientes, todos son inmorales,
siendo su propia acción síntesis de inmoralidad, demostrando con ello su estrechez mental y el desgaste de sus cuatro neuronas, demostrando su mediocridad.
Solicitudes de información.
Los seres humanos mostramos una mixtura de comportamientos y personalidades, por ello encontramos huelguistas activos y pasivos, estos últimos, cuando tienen la oportunidad de encontrar a personas vinculadas a los dirigentes o responsables de la conducción del movimiento, siempre están solicitando información siendo la pregunta clásica: ¿Qué avances hay? ¿Cuándo se puede terminar la huelga? ¿Qué resultados hay de las gestiones?, ¿se están moviendo la directiva o los dirigentes se están quedando dormidos?, “ya es tiempo de tener resultados…”, afirman.
Indudablemente, este tipo de trabajadores no son nada bueno para el desarrollo de un trabajo organizado y un éxito contundente, en consecuencia su conducta es propia de zánganos o de zancudos de estación invernal.

Los que opinen a favor de la huelga y no hacen huelga.
Los cerebros humanos, ineludiblemente, actúan al compás y velocidad de su configuración en el hogar, es decir el comportamiento es consecuencia de la crianza y de toda conglomeración circundante, pues, poco a poco ha ido moldeando su aspecto genético y proceder, en tanto existen personajes disconformes con todo, no están de acuerdo con la huelga, pero opinan: “la huelga es necesario, pero yo no hago huelga, esa no es la forma, la huelga no es dejar de trabajar” –dicen- pero no dicen cómo debe ser, no están de acuerdo con los dirigentes ni autoridades, porque ellos no lo son, discrepan con las acciones de los huelguistas, a la ves no tienen la capacidad de decir que acciones deben hacerse correctamente, es decir, se han convertido en los “Contreras” de todo, por todo y para todo. Muchos de ellos escriben artículos periodísticos, donde en lugar de reclamar los derechos, se dedican a criticar a los dirigentes y autoridades.

Los que están en contra de la huelga.
Hay otros personajes ubicados al margen de toda actividad de huelga, afirman estar en contra de todo y dicen, “… es necesario agradecer a Dios, pues tenemos un empleo y hay millares de personas carentes de ello…”, entonces surge una pregunta, ¿están contentos con toda esta injusticia?, es de suponer positivamente su, condición económica les permite vivir bien, tal vez, reciben un sueldo adicional; desde mi percepción, se ubican al margen de toda norma social convirtiéndose en seres antisociales haciendo que otras personas pierden la fe en los reclamos, probablemente no tuvieron la oportunidad de leer un poco de historia, pues, ninguna reivindicación, se ha obtenido sin reclamos.
Son esos personajes los encargados de manifestar los cuatro: “…la huelga tiene solución, es necesario empezar a trabajar, es preferible que otros hagan huelga…”; al final son los traidores de todo movimiento reivindicativo a la vez son los primeros en recibir los beneficios de la lucha efectuada por pocos valientes. Surge una pregunta ¿serán capaces de renunciar a los beneficios?, no, jamás, estos parásitos sociales viven a espaldas de todo movimiento y son los beneficiados mayoritarios.

Los sacrificios y beneplácitos de la huelga.
El inicio de una huelga para unos significa sacrificio, (especialmente para los dirigentes) compromiso moral y social, responsabilidad política y gremial, pues los dirigentes deben alejarse de sus familias estar en permanente comunicación con la dirigencia nacional, dispuestos a enfrentarse a los ataques de personas sin escrúpulos o a las autoridades, estar dispuestos a enfrentar la injusticia como justicia, a la represión y a otras embestidas, las calumnias y las diatribas son para ellos, pues a espaldas de éstos, sus detractores afirman que se gastaron el dinero del sindicato, que sólo ellos son los privilegiados, no hacen nada, etcétera. Para otros el inicio de la huelga significa un alivio, pues se les ha iniciado un periodo de vacaciones, la oportunidad para efectuar sus trabajos personales o desarrollar sus ocupaciones de familia y al fin de cuentas están de acuerdo con todas las medidas apoyan de manera decidida pero se escapan y en el momento determinado hacen mea culpa y dicen: “Si pues, le saqué la vuelta a la huelga…no había otra oportunidad…”.
Muchos de esos trabajadores tienen la oportunidad de haber sido seleccionados para desempeñar jefatura o tienen el encargo de coordinar las actividades de un centro de producción o a lo mejor tienen trabajo en alguna otra institución o centro laboral, por lo tanto, le es imposible participar de las actividades de la huelga, por el simple hecho de estar ocupados y obtener un promedio de tres a cinco sueldos, indudablemente ¿quién puede ser huelga en estas condiciones?.

Los dirigentes.
Como se manifestó en el párrafo anterior los dirigentes están expuestos a una serie de peligros y se convierten en vulnerables por su propia actividad dirigencial, son acechados por los periodistas, interrogados por las autoridades, señalados por gentes inescrupulosas, encarcelados muchas veces, golpeados y hasta desaparecidos por los gobiernos de turno. Frente a los medios de comunicación deben actuar con cálculo y mente fría porque en muchas oportunidades, sus declaraciones son distorsionadas, las calumnias no se hacen esperar; pues si conversan o toman una bebida con la autoridad, son calificados como vendidos, en fin una serie de diatribas. Como en la gran mayoría de oportunidades, los dirigentes son los menos beneficiados, al revés son ignorados y hasta desconocidos por la institución, la comunidad y la historia misma.
Si un dirigente, obtiene algo por sus propios méritos, el común lo considera favorecido, “… Si no hubiera sido dirigente jamás hubiera logrado ello…” -afirman-. No hay dirigente que no haya sido criticado, desprestigiado y muchas veces ignorado.
Siendo justos, es lícito afirmar, con toda sinceridad, el dirigente es aquella persona con capacidad de dirigir y orientar al grupo, gremio comunidad, con la finalidad de lograr sus objetivos y cumplir sus fines, por ello, cumplen con el mandato y se circunscriben a los acuerdos y respetan y hacen respetar a las normas internas de la agrupación, merecen respeto de todos, la consideración de muchos; de lo contrario, también merecerán el olvido de todos.
Existen otra calidad dirigentes, estos son todo lo contrario a lo descrito en líneas anteriores, se aprovechan de los cargos, se apropian del dinero de los afiliados y buscan su acomodo personal, buscan la reelección y se convierten en oposición a los dirigentes actuales. Como dice el dicho popular “hay de todo en la viña del señor”.

Los dirigidos.
La naturaleza social ha permitido la existencia de personas con capacidad de liderazgo y dirección y otros son dirigidos, los primeros ya han sido descritas líneas arriba; los segundos o dirigidos, son aquellos con capacidad de depositar su confianza en alguien que los represente, en consecuencia estarán en condiciones de aceptar las propuestas emanadas, tanto de los dirigentes como de las asambleas, siempre y cuando estas últimas sean por mayoría, además aceptan las propuestas de los dirigentes, con convencimiento, con argumentos convincentes y posiciones objetivas, en tanto, apoyan y desarrollan las actividades. Los dirigentes, también están dispuestos al sacrificio y a hacer conocer su punto de vista en el momento y lugar necesario; de la actividad de los dirigidos va a depender el éxito de los que dirigen y de la capacidad de dirección dependerán las acciones que los dirigidos realicen.
Ser dirigidos no significa aceptar todo lo que el dirigente diga, ser dirigidos significa enjuiciar, reflexionar, analizar, entender, comprender, verificar, activar y apoyar al dirigente de manera real y concienzuda.

La culminación de una huelga.
Cuando una jornada de lucha termina, con la presión que sea necesaria o por el tiempo que se haya prolongado, van a existir indudablemente, beneficiados y probablemente algunos que no sen favorecidos; en el caso particular de los docentes universitarios, los resultados de las huelgas no han sido favorables para los profesores contratados, pero sí han tenido un trecho amplio de beneficios los profesores principales y asociados, pero no han sido ellos los que han dirigido la huelga y los que han participado en las acciones de lucha, entonces estos deben estar distribuidos en las características expuestas líneas arriba.
Indudablemente ellos encuentran una serie de explicaciones, como por ejemplo “… es que se me cruzan algunas actividades…además yo estoy de acuerdo con todos los acuerdos…”. “... estoy realizando estudios de post grado, me comprometí con algunas tareas académicas…”, y algunos incluso, apelan a su edad. “… eso es para muchachos…”.

Algunas conductas en contra de la huelga.
En las universidades algunas autoridades se olvidan que son trabajadores o docentes y actúan como antiguos patrones de hacienda, y en algunas oportunidades, se dan el lujo de preguntar ¿y qué dice tú huelga…?. Consideran el puesto o cargo como eterno o han perdido la nación del tiempo; están convencidos, como autoridades están en su derecho de presionar a los subalternos, y son los primeros en no hacer nada.
Existes personas que están ajenos al movimiento o que no pertenecen al gremio en conflicto y no son capaces de entender que los reclamos son los únicos que arrancan los derechos y de manera sarcástica preguntan: “... que bien, empezaron las vacaciones…”

* Docente de la UNS
jcernam@universia.edu.pe

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