lunes, 12 de octubre de 2009

REFLEXIONES - ARTÍCULO LEON TRAHTEMBERG

Estimados colegas, les reenvío un importante artículo(http://www.trahtemberg.com/articulos/1429-profesores-principales-o-contratados-.html) publicado por León Trahtemberg en el cual muestra como el mercantilismo ha invadido el sistema universitario norteamericano, y que esa misma política se quiere implementar en nuestro país por el gobierno aprista. Como podemos ver la defensa de la universidad pública no es un cliché o un simple eslogan que agitamos en nuestras movilizaciones y documentos; sino una realidad y un compromiso que todos los docentes debemos asumir. Sin embargo, a pesar de estas reales amenazas, es penoso ver que colegas nuestros sin el mínimo respeto a nuestra lucha insisten en boicotearla convocando a los estudiantes a clases, cada quien con sus propios argumentos, desde aquellos que dicen que no están de acuerdo con la huelga porque son “estrictamente académicos”, hasta aquellos que dicen que no pueden perder tiempo “…porque en el verano soy full Huanchaco…”, y otros que dicen “…mi nivel académico y social no me permite rebajarme a ser parte del griterío de calles y plazuelas…”
Es patético comprobar que así como la humanidad ha pasado de la primitiva etapa de recolección de frutos a la superior etapa de la agricultura, en la que el hombre descubre los beneficios del trabajo, todavía hay colegas hombres y mujeres que no han evolucionado en su compromiso social, y al igual que los primitivos recolectores, siguen estirando la mano para descolgar, sin mostrar la más minina consideración ni vergüenza, fácilmente los frutos que sus hermanos siembran con sus luchas en calles y plazas.
No es sobre hombros de pusilánimes, no es sobre hombros de oportunistas, de desleales y traidores sobre los que los pueblos han escrito sus páginas de gloria, sino sobre hombros de hombres sencillos y probos, que con el ejemplo de su compromiso en la lucha se ganaron un lugar en el corazón de los pueblos y en la historia de la humanidad. Por eso, que así como la historia registra Felipillos y Pardos, también registra a un Cahuide, Manco Inca, Túpac Amaru, Cáceres, Grau, Bolognesi, Saúl Cantoral, Pedro Hullica, y entre los docentes universitarios, a José Aznarán y Javier Alarcón y muchos más. ¡Ya la selva estuviera en manos de las voraces transnacionales sino hubiera sido por nuestros heroicos hermanos, que en ningún momento se amedrentaron ante el despliegue de fuerza de la represión aprista!
Hoy escuchamos voces que, en nombre de la UNIDAD, piden convocar a aquellos que se han desagremiado de nuestro sindicato, dirigiéndoseles una “amabilísima carta” en la que les invoquemos a sumarse a nuestra lucha (como sino fuera también de ellos), que les ofrezcamos que no sufrirán descuentos por inasistencias, y otras ofertas más. ¿Debemos creer que con estas políticas elevaremos la conciencia sindical, el compromiso de clase, la solidaridad, el respeto?. Sin caer en ningún tipo de sectarismo, no debemos olvidar que hay sumas que restan; que nuestro sindicato es un frente único, en el que no hay categorías docentes, que todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones, que aquí nos miramos de igual a igual, que igualmente podemos elegir un profesor jefe de prácticas como a un profesor principal como Secretario General. No desesperemos por la insuficiente participación de nuestros colegas en las acciones de lucha; trescientos espartanos premunidos de una imbatible fuerza moral lograron contener un inmenso ejército de esclavos y mercenarios, y sólo fueron vencidos en las armas por una traición. Pero la victoria que obtuvieron sigue y seguirá resonando en las mentes de todos aquellos que saben que a pesar de la fuerza física no los acompaña, la inmensa fuerza de la razón asegura la victoria final. ¡Nuestra lucha está acompañada de la fuerza de la razón, la justicia y la legalidad!
Hay tiempo para todo. ¡Hoy es tiempo de luchar, pues luchemos! Que nuestra lucha sirva para proveernos de condiciones para estudiar, para investigar, para proyectarnos eficazmente a la comunidad, de acercarnos a nuestros pueblos en una tarea común y solidaria de ayudarnos a desarrollar nuestra humanidad en un clima de paz, justicia y respeto. NO debemos reducir nuestra lucha a la escala economicista de la homologación solamente para tener mejores sueldos, sino como la oportunidad de tener mejores recursos que nos ayuden a impulsarnos ser mejores.
¡VIVA LA HUELGA NACIONAL INDEFINIDA¡
¡VIVAN LAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS!
¡VIVA EL SUDUNT!
¡VIVA LA FENDUP!
¡VIVAN LOS QUE LUCHAN, PORQUE DE ELLOS SERA EL REINO DEL HONOR!

"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles." BERTOLT BRECHT.


MsC. Gustavo Roberto Rojas Alegría

Docente Fac. CCFFYMM Universidad Nacional de Trujillo Telf. 044-281026 - 044 948406817 RPM #333348
rojasalegra@hotmail.com Trujillo - Perú


EN OCTUBRE NO HAY MILAGROS, EN EL DESARROLLO TAMPOCO

Gustavo Roberto Rojas Alegría.


“Desde tiempos inmemoriales, la vida del país está ligada a la minería. El Perú es líder mundial en actividad minera, quinto destino en inversiones para exploración minera. Tiene una cartera de proyectos superior a los $24 000 millones de dólares. Actualmente la actividad extractiva aunque venida a menos por la crisis internacional, sigue siendo la vedete de la economía nacional. El 2008 concentró el 62% de las exportaciones, que aportaron el 5,2% del PBI.”
“Aproximadamente medio millón de ingenieros, físicos y otros científicos se gradúan cada año en la India; en la Unión Europea se titulan 200 mil ingenieros y científicos anualmente y en Estados Unidos lo hacen 60 mil en ese mismo lapso. 17 millones de personas disponibles hay hoy en la India para trabajar en la industria de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs); el auge ‘tecnoexportador’ de esta nación se explica sobre todo en su sistema educativo orientado hacia las matemáticas y las ciencias. Este enorme potencial humano fue el que sustentó el 2006 ventas de TICs por un valor de 52 mil millones de dólares.”
Dos importantes noticias que analizadas dejan en claro cual es la visión de los gobernantes de ambas naciones respecto a las prioridades de sus políticas de desarrollo: el Perú históricamente apostando por una política primario exportadora consistente en extraer salitre y exportar salitre, extraer guano de la isla y exportar guano de la isla, extraer pescado y exportar harina de pescado, extraer mineral y exportar mineral, extraer gas natural y exportar gas natural; la India apuesta por exportar inteligencia. Aquí el contraste de las políticas impulsadas por Alan García y los que le antecedieron contra la política visionaria del primer ministro indio Pandit Jawaharlal Nehru, quien desde el inicio, comprendió los beneficios de vender inteligencia al resto del orbe. Por eso es que su gobierno focalizó sus esfuerzos en mejorar la educación superior e impulsar los centros de investigación, logrando un alto dinamismo científico y tecnológico que le permite hoy participar exitosamente en las condiciones de extrema competitividad que exige el mundo globalizado.
Países emergentes como Nueva Zelanda, Australia, Chile, Brasil, entre otros van por ese mismo camino. Hoy Brasil, bajo la conducción de Lula Da Silva, es considerada la octava economía más importante del mundo y es la mayor de AL. Qué decir de los países emergentes del Asia Pacifico que hace tres o cuatro décadas partiendo de una situación económica más precaria que la nuestra invirtieron en educación superior con el fin de dotarse de una base científico tecnológica que les permitiera aprovechar los profundos cambios que traía consigo la sociedad del conocimiento, logrando sustentar su desarrollo con autonomía en el concierto mundial en base a incorporar un alto valor agregado a los bienes y servicios que producen y comercializan.
Cuando se analizan los espectaculares resultados logrados por los países emergentes y del primer mundo, suele utilizarse el término “milagro”. Así se habla del milagro alemán y japonés después de la terrible conflagración mundial; milagro de los tigres asiáticos, milagro chino, milagro finlandés, milagro irlandés, milagro hindú, milagro brasileño etc. Así interpretado, nuestra endémica postración se debería a que aún no somos bendecidos por un milagro, y por lo tanto, debemos esperar que ese hecho divino y extraordinario suceda. Sabemos así que nunca sucederá. Construyamos el milagro.
El pasado año, el Perú destinó a la educación superior sólo el 2,8% del PBI, de los cuales la mitad fueron recursos directamente recaudados por las propias universidades, lo que en la práctica significa un permanente retroceso de la responsabilidad del Estado con la Educación Superior, faltando a la Decima Segunda política de Estado del Acuerdo Nacional por la que se compromete a “Garantizar recursos para la reforma educativa otorgando un incremento mínimo anual en el presupuesto del sector educación equivalente al 0.25 % del PBI, hasta que éste alcance un monto global equivalente a 6% del PBI”. En contraste, nuestros vecinos de América destinan a sus instituciones de Educación Superior porcentajes de su PBI por encima del 4,5%. Por supuesto, muy inferiores a los países asiáticos como, por ejemplo Malasia, que destina más de 7,5% del PBI.
¿Milagro?, por supuesto que no. Sólo decisión de invertir en políticas educativas de largo plazo apostando por el futuro, responsabilizando a las universidades la formación de cuadros rigurosamente calificados que conduzcan el proceso del desarrollo social sustentable. Para ello, es Estado debe proveerle del financiamiento para la cabal atención de la investigación, la docencia y la extensión universitaria. Alan García lleva ya más de ocho año de gobierno, ¿qué tiempo ha dedicado en sus discursos para explicarle al país su política respecto al rol estratégico que deben jugar las universidades públicas, como promotoras de equidad, de generación de conocimiento y como verdadero instrumento de liberación de la dependencia y alienación de las potencias dominantes?.
Por el contrario, en lugar de potenciar la universidad pública, hay una política de agresión traducida en sistemáticos recortes presupuestales, estrangulamiento de su finanzas a través del SIAF, violación de la autonomía universitaria, recorte de la gratuidad de la enseñanza, confiscación de los ingresos directamente recaudados por las universidades, desprestigio a través de los voceros del ejecutivo (declaraciones ominosas contra la universidad del Presidente de la República Alan García Pérez y de su Ministro de Educación José Chang Escobedo), incumplimiento de las normas respecto a las remuneraciones de los docentes (Programa de Homologación de las remuneraciones de los docentes de las universidades públicas). ¿Cómo puede explicarse que más de 25 mil los docentes universitarios tengan que verse obligados a realizar una huelga nacional indefinida para exigir al gobierno cumpla con la ley?, ¿Cómo puede explicarse que al gobierno no le interese que más de 350 mil estudiantes tengan paralizados sus estudios, sus investigaciones, sus expectativas de desarrollo profesional?. Esto es la muestra más palpable de que nuestras élites no gobiernan en función de los intereses del país, sino de sus propios intereses y los de los grupos de poder a quienes sirven. Ningún país que se respete, ningún gobierno que realmente tenga una visión de país puede permitir que sus universidades y centros de investigación estén paralizadas.
Paralelamente, nosotros los universitarios también debemos asumir nuestras responsabilidades. Es claro que asegurar mayores recursos para la universidad, sin acompañarla de una profunda reforma de sus procesos para sacarla de su marasmo, de sus cuatro paredes, de la autocomplacencia, de la sobreexplotación marketera de sus hombres ilustres, no es suficiente y no garantizan un cambio. El derecho al trabajo no puede ser manto protector de la mediocridad. Tiene que haber el firme compromiso de los universitarios de recuperar su rol critico al conocimiento, desarrollar sistemas de autoevaluación y acreditación como procesos de responsabilidad social, superando los falsos procesos de calificación de variables estadísticas, como si se tratara del control de calidad de una mercancía y no una casa de estudios, compuesto por seres humanos, cuyos objetivos son distintos a la lógica del mercado; debemos acabar con la cultura del aprovechamiento y el individualismo egoísta, el tecnocratismo y el utilitarismo, y reemplazarla por una cultura humanista y tolerante que debe acompañar a un profesional, como ciudadano comprometido con su sociedad y su país.
Muchos de los que hoy somos profesionales tenemos una historia que recordar y contar: cuantas veces hemos visto a nuestros padres pasando hambre con tal de procurarnos una educación, que es lo único que se propusieron heredarnos. Ellos son los que realizan el milagro de la superación de sus hijos, apostando todo e invirtiendo en su educación. ¿Se equivocaron nuestros padres?. ¿Porqué nuestra élite gobernante nunca aprende de esta sabiduría? ¿Será que se sienten de otro país?. Necesitamos la decisión política de invertir en educación. Necesitamos la decisión política de invertir en inteligencia. Sólo una verdadera educación nos emancipará intelectualmente, ese es el reto, allí está el futuro

Trujillo, Octubre del 2009